La fibrosis quística es una enfermedad congénita y hereditaria que no tiene cura. Es una alteración genética que afecta a varias partes del organismo propiciando infecciones e inflamaciones en zonas como el pulmón, hígado, páncreas y sistema reproductor.
Los síntomas más característicos de la enfermedad son: sabor salado de la piel, problemas respiratorios, digestivos, diabetes y poca ganancia de peso.
La práctica del deporte puede mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y el rendimiento en las actividades de la vida diaria de los que padecen fibrosis quística. Actividades como, por ejemplo, el pedaleo en bicicleta estática, carreras en tapiz y otros tipos de juegos en el programa de entrenamiento aeróbico o máquinas de gimnasio adaptadas son las recomendadas para quienes padecen la enfermedad.
Debe practicarse e incrementarse según la tolerancia individual, sin que se llegue a fatigar el paciente. Es importante señalar que durante la práctica de ejercicio físico aumentan las necesidades de sal, situación que debe ser tenida en cuenta.
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