Lo más difícil al empezar un programa de entrenamiento es cruzar la puerta de un club deportivo o pisar la calle para empezar a correr. Pero tenga claro que el personal del gimnasio nunca se reiría de usted. A ellos les gusta verle frecuentar el lugar y tener la oportunidad de poder ayudarle.
Por otro lado, hacer ejercicio con otras personas es una gran ayuda.
Quítate esos pensamientos y esos miedos infundados y acuérdate que nadie nace sabiéndolo todo o siendo el mejor en algo, nadie nació con músculos ni cuerpos atléticos. Que no te importe lo que diga la gente, deja de pensar en los demás y empieza a pensar en lo que es bueno para ti.
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