
No conviene que te peses después de
hacer ejercicio pues habrás sudado y perdido líquido, de este modo los kilos que verás en la báscula no se corresponderán con la realidad. Si quieres que los kilos reflejados en la báscula sean los correctos, pésate por
la mañana al despertarte, con la vejiga vacía y en ayunas.
El peso varía mucho según la hora del día, por eso, lo mejor para controlarlo es pesarse siempre a la misma hora, con la misma báscula y nunca después de las comidas o ejercicio.
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