A la hora de apuntarnos a un gimnasio, es conveniente observar su limpieza. Por ejemplo, las pistas y salas deben estar limpias, sin irregularidades (agujeros o similiar), iluminación adecuada, ausencia de objetos peligrosos (piedras, cristales...), etc., que puedan originar alguna lesión.
Debemos examinar la seguridad del material que se va a utilizar (que no presente astillas, partes oxidadas o punzantes) y su estado de sujeción (bien ancladas, por ejemplo, a la pared).
Los vestuarios deben estar limpios, con papeleras, lavabos y duchas que nos permitan poder cambiarnos de ropa con comidad y con zonas secas. Deberán estar bien ventilados, pero evitando corrientes de aire que puedan dar lugar a enfriamientos.
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