Existen una serie de señales que te avisan si estás realizando un entrenamiento demasiado duro, y puede hacerte prevenir multitud de lesiones.
- Necesidad fuerte de azúcar en los días de descanso.
- Episodios de vértigo cuando se está de pie partiendo de una posición tumbada o agachada.
- Dolor en las articulaciones.
- Debilidad muscular.
- Mareos frecuentes y visión borrosa.
- Sensación de fatiga.
- Reacciones alérgicas (más que habitualmente).
- Mala digestión.
- Insomnio o incapacidad para descansar.
- Nerviosismo excesivo e irratibilidad.
- Falta de energía.
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