La Arginina se puede encontrar en los lácteos (requesón, leche o yogur), la carne de vaca, la carne de cerdo (fiambre o panceta), el pollo, la gelatina y los productos del mar (lenguado, camarón, langosta, caracoles o sardina).
Otras buenas fuentes de Arginina son algunas frutas, vegetales y cereales: cacahuetes, nueces, castañas, avellanas, arroz moreno, avena o productos de trigo integral.
Este aminoácido ayuda en la recuperación muscular postentrenamiento, la reducción del desgaste muscular y el aumento del transporte de oxígeno a las células. Sin embargo, el suplementar con L-Arginine común tiene algunas limitaciones. La Arginina no se absorbe fácilmente por el intestino. De hecho, la mayoría de la Arginina que pasa por el intestino se degrada, dejando solo una cantidad escasa de sobra para que la use el cuerpo.En cuanto a su capacidad para aumentar el volumen de los músculos, hay que decir que los suplementos de arginina elevan los índices de la HCH, responsable del crecimiento de niños y adolescentes. Sin embargo, en adultos, esta hormona funciona solamente en la regeneración de tejidos. Es improbable que personas con una edad por encima de 21 años puedan crecer gracias a la suplementación con Arginina.