¿Qué ejercicios aeróbicos puedo practicar si estoy embarazada?

Los deportes aeróbicos más recomendables para las embarazadas son los ejercicios acuáticos (aquagym) y el caminar.
 

En el agua, se pesa menos y la sensación de cansancio es mucho más leve. El simple hecho de pasar un buen rato dentro de la piscina climatizada ya supone una tonificación general de todo el cuerpo. Muchas embarazadas se sienten más seguras en el agua a la hora de hacer ejercicio pues no tiene miedo a caerse o tropezar y sus movimientos son mucho más seguros.  
La acción de caminar moviliza un gran número de grupos musculares. Además de las piernas, se tonifican los músculos de la espalda y del vientre, esenciales cuando el peso del bebé empieza a ser duro de soportar. Además, este ejercicio sencillo estimula la respiración y la circulación sanguínea, cuestiones igualmente beneficiosas para la marcha del embarazo. Para que este ejercicio sea efectivo hay que practicarlo con cierta disciplina. Hay que hacerlo todos los días durante casi una hora y a un ritmo, rápido o lento, según las aptitudes de la embarazada, pero lo más constante posible. No olvidar que la fatiga no debe ser admitida y que si aparece hay que retirarse a descansar.




Tengo una cardiopatía ¿puedo realizar ejercicio en una plataforma vibratoria?

El ejercicio isométrico favorece el desarrollo muscular y provoca una elevación significativa de la presión arterial. En un paciente cardiópata esto puede ser mal tolerado, por lo que la práctica de este ejercicio en una plataforma vibratoria debe estar restringido y realizarse bajo control.

En pacientes con cardiopatía lo que se recomienda especialmente es el ejercicio aeróbico (caminar, nadar, bicicleta, etc.), que se basen en una repetición frecuente de movimientos de baja resistencia en los que intervienen grandes masas musculares.

La presión arterial sistólica aumenta ligeramente, pero las presiones arteriales diastólica y media no varían significativamente con este tipo de ejercicios, y se produce un aumento de la tolerancia cardiovascular, que permite mejorar la capacidad de los pacientes para realizar sus actividades diarias.

Rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla (LCA)

La rotura parcial o completa del ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla es una lesión relativamente frecuente en ambientes deportivos. El básquetbol, el fútbol americano, el balónpié y el esquí son causas comunes de rupturas del LCA.

Generalmente el LCA se rompe tras un movimiento brusco con la rodilla en semi-flexión, valgo (empujando desde fuera) y rotación externa tibial mientras el pie permanece fijo en el suelo.

Cuando el LCA se rompe, se produce una inestabilidad anterior de la rodilla que, a su vez, condiciona dos problemas fundamentales:

  1. Incapacidad para hacer esfuerzos con la rodilla (la rodilla “se va”) con el deporte, el trabajo, etc. A veces este problema se da incluso con las actividades cotidianas.
  2. Deterioro progresivo de la articulación. La rodilla, al ser inestable, se mueve de modo anormal lo que posibilita la rotura de otras estructuras articulares como pueden ser meniscos, cartílago articular, etc. Esto, a largo plazo, favorece la artrosis prematura de la rodilla.
Estas lesiones pueden sanar por sí solas o pueden requerir una operación para reparar el hueso. Cuando el médico sospecha de una ruptura del LCA, una resonancia magnética puede ayudar a confirmar el diagnóstico.

Los primeros auxilios para una lesión del LCA pueden incluir:

  • Elevación de la articulación por encima del nivel del corazón.
  • Aplicación de hielo en la rodilla
  • Analgésicos tales como los antinflamatorios no esteroides (como el ibuprofeno)

Usted puede necesitar:

  • Muletas para caminar hasta que la hinchazón y el dolor mejoren.
  • Terapia física para ayudar a mejorar el movimiento de la articulación y la fuerza de la pierna.
  • Cirugía para reconstruir el LCA.

Entrenar en el Core Board


El Core Board es como “balancín”o step circular que de manera activa devuelve las presiones que ejercemos sobre él. Se sirve de un eje cilíndrico que une la plataforma superior e inferior, y es la pieza que recibe las presiones laterales, anteriores, posteriores y/o torsiones para luego devolverlas.
Al tratarse de una plataforma nos permite realizar ejercicios clásicos pero incluyendo una inestabilidad que exigirá un mayor esfuerzo muscular, un mayor gasto calórico y un entrenamiento de cualidades básicas para una buena forma física (equilibrio, flexibilidad, propiocepción…). Por ejemplo podemos realizar ejercicios típicos para entrenar los miembros inferiores como pueden ser las sentadillas o las zancadas.

¿Se puede hacer deporte estando resfriado?

Por lo general, depende de los síntomas que se tengan:
  • Si los síntomas son de cuello para abajo (bronquios, pecho, dolor de huesos, etc.), es señal que necesitas descansar.
  • Si son de cuello hacia arriba (nariz, estornudos o tos), no hay problema, puedes hacer ejercicio, eso si, más ligero que de costumbre.
  • Nunca entrenar con fiebre, ya que el curso del catarro puede empeorar.
Si, estando resfriado, sigues queriendo hacer ejercicio, ahí van varias recomendaciones a tener en cuenta:
1. En cuanto a la ropa deportiva, llevar varias capas guardará mejor el calor del cuerpo que llevar una prenda sola. Si te sube la temperatura, siempre puedes quitarte alguna. Opta por prendas térmicas, que mantienen el cuerpo caliente pero expulsan el sudor.
2. Cubre tu cabeza y tus manos por gorros y guantes térmicos.
Por la cabeza se puede llegar a perder hasta el 60% del calor corporal, sobre todo si no tienes mucho pelo.
3. Tapa las vías respiratorias. Lleva algo que te tape la garganta y que puedas subir hasta la nariz, como las bragas polares. Evitarás respirar el aire frío directamente para no provocar un daño mayor.
4. Alarga el calentamiento y sube la intensidad poco a poco. Un entrenamiento suave te aportará bienestar. Respirarás mejor, ya que se descongestionará la nariz, y te dejará de doler la cabeza.
5. Bebe más líquidos. Procura beber suero hecho en casa con agua, zumo de limón, bicarbonato, miel y un poco de sal. Bebe antes, durante y después de entrenar. Aumenta la ingesta de vitaminas A,C y E.
6. No hagas los estiramientos en la calle, podrías coger el frío. Date una ducha caliente, ponte ropa seca y estira tranquilamente en casa en una habitación templada.
7. Duerme bien. Para poder entrenar en un proceso gripal debes dormir, al menos, entre 9 y 10 horas diarias. Ayudará a que el cuerpo luche contra la infección.


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