La potencia anaeróbica y la potencia aeróbica

 La potencia anaeróbica es la capacidad que posee el cuerpo, para ejecutar distintos tipos de ejercicios físicos, los que se caracterizan por ser de corta duración, pero no por eso poco intensos, sino todo lo contrario, muy intensos en todo sentido.

Dentro de dichos ejercicios, las pulsaciones suelen ser de entre 170 y 220 por minuto (lo que avala la intensidad del ejercicio). Este tipo de potencia, no solo se basa un tipo de capacidad, sino más bien, en muchas y variadas, siendo éstas, la resistencia muscular, también la potencia de carácter muscular, y por último la velocidad.

A diferencia de la potencia anaeróbica, la potencia aeróbica por su parte es la capacidad del cuerpo, para ejecutar ejercicios de carácter físico, pero de larga duración, de tres minutos hacia arriba (por sobre los ejercicios de potencia anaeróbica), y también difiriendo en cuanto al otro tipo, en que la potencia aeróbica suele caracterizarse por contemplar ejercicios de baja o mediana intensidad, y al realizar dichos ejercicios, se inhala por la nariz, hasta conseguir llenar los pulmones, y luego se exhala por la boca, como modo de ejecutar el ejercicio en cuestión, de la mejor manera.  Para evaluarse este tipo de potencia, los ejercicios suelen hacerse al comienzo, y luego al término de cada jornada.

Balancear los brazos al caminar sirve para economizar la energía.

El gasto calórico varía según la manera en  que nos movemos, por ejemplo el caminar manteniéndo los brazos quietos al costado de nuestro cuerpo demandará un gasto energético de un 12%, mucho más si lo hacemos balanceándo los brazos de una manera normal.
Pero la quema de calorías sería mucho mayor si lo realizamos oscilando los brazos de una manera inversa, a como lo hacemos habitualmente, la energía gastada sería de un 26%.
Caminar oscilando los brazos de una manera normal, 136 calorías, caminar con los brazos atados al cuerpo, 174 calorías, caminar manteniéndo los brazos quietos, 182 calorías, caminar oscilando los brazos de una manera inversa a la habitual, 205 calorías.
En definitiva, balancear los brazos equilibra el cuerpo cuando se camina en línea recta suavizando el movimiento y reduciendo el gasto de energía en los músculos de las piernas.


Qué se debe comer antes de una competición deportiva

  • Es importante que la última comida previa a una competición tenga lugar entre 3 y 6 horas antes de la prueba. Será importante que cuando ésta comience, el deportista ya haya hecho la digestión y no sufra problemas digestivos que evidentemente bajarán el rendimiento físico. Se debe cuidar, por lo tanto, la cantidad de esa comida ya que cuanto mayor sea el contenido energético de la ingesta, más tiempo se requerirá para digerirla. Con el fin de obtener una mejor digestión será indispensable comer y masticar despacio.
  • Las proteínas y sobre todo las grasas hacen que la digestión sea más lenta por lo que deben estar presentes en pequeñas cantidades. Por lo tanto, si se va a comer un sándwich, conviene que éste contenga una buena cantidad de pan y menos carne, preferiblemente magra, con poca grasa. Si lo que se va a consumir es un plato de pasta o arroz, se puede elegir como acompañamiento una salsa ligera elaborada con alguna verdura u hortaliza, a la que también se le pueden añadir carne, pescado o huevo en trozos.
  • Todos los alimentos seleccionados deben ser a tolerancia, por ejemplo algunas personas dicen tener molestias gastrointestinales con comidas ricas en fibra. Por lo que será mejor evitarlas. 
  • La comida previa a la competencia deportiva debe contemplar una buena dosis de alimentos ricos en carbohidratos complejos como pasta, arroz, pan, papas o cereales (aproximadamente 300-500kcal). Por el contrario, si se abusa de los carbohidratos simples presentes en los alimentos dulces (jugos de frutas, azúcar, miel, fruta desecada, almíbar, caramelo, dulces, chocolate, repostería, bebidas azucaradas y mermeladas), el consumo excesivo podría provocar un descenso de los niveles de azúcar en sangre al cabo de 60-90 minutos de ejercicio.

    Consejos para ser un buen compañero de gimnasio

    Motivar, no entretener. La persona que está entrenando necesita concentrarse en sus ejercicios, y no en tus anécdotas o chistes. Deja esto para los tiempos de descanso.
    No abandones a tu amigo cuando esté cargando pesas: los accidentes con pesas pueden ocurrir en un segundo de distracción, y ocasionar graves lesiones.
    No seas exigente: sé consciente del nivel físico de tu amigo, si no puede, no puede, no hay por qué exigirle más. El sobreesfuerzo no hará que logre su meta más rápido, sino afectar su condición física.
    No le hagas perder tiempo: el entrenamiento se mide por minutos, y tú y él no serán los únicos en el gimnasio, así es que procura ser diligente al ayudarlo con las máquinas y otros aparatos de ejercicio.
    Y dale ideas para que mejore su rutina: una rutina de ejercicios no tiene por qué ser  tan “rutinaria”. Sugiérele que pruebe nuevos ejercicios o pruebe con otras máquinas que enriquecerán su entrenamiento.

    Beneficios de ir al gimnasio con un compañero

    Tener un compañero de entreno motiva para ir al gimnasio y alcanzar mayores intensidades de esfuerzo, por no hablar de la importancia de las ayudas a la hora de coger peso y corregir ciertas posiciones.
    Un compañero de ejercicio  ayuda a lograr el objetivo que pretendes al acudir al gym. La motivación de un compañero de gimnasio es una ayuda extraordinaria para personas que tienen historial de haber abandonado el entrenamiento y la rutina, que son débiles de espíritu, y odian hacer ejercicio.

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