El gasto calórico varía según la manera en que nos movemos, por ejemplo el caminar manteniéndo los brazos quietos al costado de nuestro cuerpo demandará un gasto energético de un 12%, mucho más si lo hacemos balanceándo los brazos de una manera normal.
Pero la quema de calorías sería mucho mayor si lo realizamos oscilando los brazos de una manera inversa, a como lo hacemos habitualmente, la energía gastada sería de un 26%.
Caminar oscilando los brazos de una manera normal, 136 calorías, caminar con los brazos atados al cuerpo, 174 calorías, caminar manteniéndo los brazos quietos, 182 calorías, caminar oscilando los brazos de una manera inversa a la habitual, 205 calorías.
En definitiva, balancear los brazos equilibra el cuerpo cuando se camina en línea recta suavizando el movimiento y reduciendo el gasto de energía en los músculos de las piernas.
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