1. Lo primero que necesitas saber es si padeces una
lesión del cartílago articular, muscular o de ligamentos
2. Realizar
estiramientos desde la columna cervical, dorsal, lumbar, tronco, hombros, brazos, antebrazos, espalda, cadera, rodilla, pantorrilla, muslo posterior, cuádriceps y pierna
3. Iniciar gradualmente. Caminar, trotar y correr. Aumentar distancias en un 10 a 20% por semana
4. Revisar tu tipo de pie: Si es plano, pronado o híperpronado, para decidir si eres apto para correr o no
5. Lo ideal es tener un
peso adecuado, por lo que no es ideal empezar a correr con
sobrepeso. Lo mejor es iniciar con ejercicios de bajo impacto, como
pilates o
natación
6. En cuanto al terreno, cuando se elige una pista tratar de que sea suave, muy regular y evitar el concreto
7. Al correr en un terreno irregular, como una montaña, deben estar bien fortalecidos todos los
músculos, para evitar lesiones
8.. El clima puede afectar un poco. Cuando hace frío hay más tendencia a las
contracturas musculares, incluso
desgarres, debido a que el músculo no termina de relajarse