El
suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la
cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los
órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la
posición adecuada porque de ello depende su
normal funcionamiento.
Cuando el suelo pélvico se debilita, las estructuras que sostiene
descienden y por lo tanto se altera su función. Así, surgen problemas
que pueden afectar como pérdidas de orina, molestias, dolor e incluso
prolapsos (caída de los órganos intraabdominales).
La mujer que tenga debilitado
su suelo pélvico debido a los partos, sobrepeso o menopausia, deberá
evitar los
ejercicios con saltos o de impacto, como la cinta de correr o el
aeróbic, ya que van a ser perjudiciales para el suelo pélvico. Sin
embargo, los ejercicios que se realizan con aparatos elípticos están más
diseñados para la mujer.
En cuanto a la práctica del
Spinning, hay que tener cuidado con el
sillín, ya que puede producir molestias e, incluso, malformaciones en el suelo
pélvico.
Antes, la mayoría de los
sillines hacían reposar el peso sobre los genitales o sobre la
zona muscular del perineo,
lo que llevaba a molestias y lesiones. Actualmente, los sillines suelen hacer recaer el peso sobre
los isquiones. Tenemos que asegurarnos que nuestra bicicleta tenga
un
sillín de mujer, más ancho y con la punta más corta.