Este problema constituye la causa más común de consulta pediátrica y es un problema que preocupa mucho a los padres.
Pero la epilepsia en la infancia no supone ninguna traba especial para el normal desarrollo y aprendizaje del niño. Sólo en casos muy especiales y bajo indicaciones neurológicas extremas, tendremos que adoptar medidas distintas al resto de los niños.
Es recomendable que el niño con epilepsia realice deporte, sobre todo para favorecer la integración social. Además, está totalmente demostrado que la actividad fisica disminuye la posibilidad de sufrir una crisis epileptica. La práctica deportiva puede tener un efecto protector sobre las mismas.
El profesor y los monitores deportivos deben estar informados de que su alumno padece epilepsia y deben estar orientados sobre las normas generales a seguir en caso de una crisis.
En principio, no existe una práctica deportiva que esté vetada para el epiléptico. Sí está demostrado que resultan más peligrosas aquellas que se realizan en el agua, especialmente cuando son practicadas en solitario. La natación y el buceo no son recomendables, a no ser que estén acompañados por otra persona que pueda ayudarles si se produjera una crisis.
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